ANTÁRTIDA - EXPLORACIÓN - HISTORIA: Historia política y reivindicaciones - 2ª parte

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Antártida

EXPLORACIÓN - HISTORIA

Historia política y reivindicaciones - 2ª parte


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on la llegada de las expediciones de investigación de Estados Unidos en 1947-48 al campamento del este de Bahía Margarita, los protagonistas de las disputas en la Península Antártica (argentinos, chilenos y británicos) llegaron a estar interesados en que los Estados Unidos pudiese relanzar sus demandas. Al principio americanos y británicos unieron sus fuerzas para unas arduas jornadas de expedición en el lado Este de la Península.

Sin embargo, posteriormente, la violencia militar afloró al menos en dos ocasiones entre británicos y argentinos; la primera vez en 1952, cuando un comando de la Armada Argentina retuvo una expedición de meteorólogos británicos que había desembarcado en la Bahía Esperanza (al norte de la Península Antártica) devolviéndolos posteriormente a su origen; el conflicto se resolvió más tarde aceptando el Gobierno Argentino no interferir en la expedición británica.

La segunda confrontación en 1982 fue mucho más seria, aunque tuvo lugar fuera de los límites de la región antártica, concretamente en lo que los británicos llaman Islas Falkland y los argentinos Islas Malvinas, tenía en origen una reclamación territorial que se tornó en una guerra corta pero cruenta, que comenzó a principios de abril de 1982 y finalizó el 14 de junio con la rendición de las fuerzas argentinas y la recuperación de las islas por los británicos. Las bajas se contaron por miles por parte del bando argentino (caso de la destrucción del buque General Belgrano por un submarino británico), aunque los británicos tuvieron pérdidas materiales de consideración a cargo de la aviación Argentina, que tuvo el papel más destacado de todas sus fuerzas, ya que destruyeron o dañaron seriamente varias naves de guerra y carga con docenas de aviones Harrier a bordo (ejemplos del Sheffield y Coventry), y en que los misiles Éxocet que cargaban los aviones Mirage demostraron su efectividad.

Para mediados de 1950 muchas naciones tenían actividad intensa en la Antártida, algunas de carácter comercial y otras científicas, aunque en gran parte muchas de estas últimas con finalidades políticas. En 1947-48 Australia había establecido estaciones en Isla Heard y Macquarie, y en 1954 construyó la estación Mawson en el Continente, cerca de la costa de Tierra MacRobertson, como una base en apoyo de su vasta demanda territorial. África del Sur levantó su bandera sobre las islas de príncipe Edward y Marion. Francia estableció bases permanentes en 1953 en las islas Kerguelen y Crozet, e inspeccionó gran parte de la costa de la Tierra Adelia. En 1955 con ayuda de un rompehielos, Argentina estableció la base General Belgrano en la Barrera de Hielo de Filchner. Una profusión de bases argentinas, británicas y chilenas, fueron construidas con tal proximidad unas de otras en la Península e islas cercanas, que más bien parecían que sus propósitos obedecían a labores de inteligencia que científicas.

La expedición internacional noruego-británico-sueca de 1949-52 llevó a cabo exploraciones extensas desde la base Maudheim por toda la costa de la Tierra de Reina Maud, en el territorio exigido en 1939 por Noruega. Los Estados Unidos habían mostrado poco interés en la Antártida desde la expedición de Ronne y la operación naval de 1947-48, pero continuó su política de no-reconocimiento de cualquier demanda.

La Unión Soviética había mostrado igualmente poco interés en la Antártida (salvo los comerciales de la industria ballenera) desde el viaje pionero de Bellingshausen; de todos modos el 7 de junio de 1950 el Gobierno Soviético envió un memorandum a otros gobiernos interesados en las reivindicaciones territoriales en la Antártida, en el cual indicaba que no podría establecerse ningún régimen o toma de decisiones en aquel continente sin su participación. El clima político cambiaría pocos años más tarde con la llegada del Año Geofísico Internacional.

Actualmente ningún país tiene soberanía reconocida sobre la Antártida, no obstante, las reclamaciones territoriales continúan existiendo. El Tratado Antártico, firmado el 1 de diciembre de 1959 y con entrada en vigor el 23 de junio de 1961, paralizó, aunque no anuló,  todas las reclamaciones pendientes y declaró no admisibles otras futuras que pudieran surgir.

Con anterioridad a la firma del Tratado Antártico, ciertos territorios de la Antártida habían sido reclamadas por: Argentina, Australia, Chile, Francia, Gran Bretaña, Nueva Zelanda y Noruega. Algunas de las tierras reivindicadas se solapan sobre otras también reclamadas por otros países. Así, Gran Bretaña, se atribuye una zona que comprende desde los 20º hasta los 80º Oeste, en donde se encuentra el mar de Weddell, la Tierra de Graham, las Islas Orcadas y las Shetland del Sur. Al mismo tiempo, Argentina reclama desde los 25º hasta los 74º Oeste; y Chile desde los 35º hasta los 90º Oeste. Nueva Zelanda se atribuye el sector del mar de Ross, ubicado entre los 160º Este y los -150º Oeste. Estados Unidos, la zona comprendida entre los 90º y los -150º Oeste. Australia, el sector 45º hasta -160º Este,  excepto la Tierra de Adelia que la reclama Francia. Noruega, la Tierra de la Reina Maud -desde 20º hasta 45º Este-, y las islas Bouvet y Pedro I. Francia, además de la Tierra Adelia, los archipiélagos Kerguelen, Crozet, Islas San Pablo y Nueva Amsterdam.

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